Nuevas funcionalidades están revolucionando la tecnología de los autos. Pronto el piloto automático será realidad y hasta creen que el volante desaparecerá.

– El velocímetro

Desde hace más de 100 años marca la velocidad, pero hoy en día están condenados a desaparecer, porque los fabricantes apuestan cada vez más por pantallas planas que se pueden configurar libremente y que simulan instrumentos. Modelos de gama alta como la Serie 7 de BMW o la Clase S de Mercedes son un ejemplo. La tendencia está conquistando al segmento de los compactos con el Volvo V40 o el BMW i3.

– El reproductor de CD

El de cassettes ya murió y el de CD va camino de hacerlo. Los organizadores de la feria estadounidense de electrónica CES dan por hecho que la conexión por USB o bluetooth al teléfono celular o al reproductor MP3 será la principal fuente de música. La radio clásica también podría perderse en esta evolución. Modelos como el Opel Adam o el Mini ya incorporan la webradio, lo que hace prescindible a las emisoras tradicionales.

– La llave de contacto

Aunque tiene un alto valor emocional por lo que significa la propia entrega de llaves, cada vez tiene menor relevancia. Hasta los coches pequeños disponen de un botón para ponerlos en marcha e incluso reconocen por chip al conductor, que no hace falta siquiera que saque el mando del bolsillo de su pantalón. Ese mecanismo no sólo funciona con el encendido, sino también con las puertas. Renault, por ejemplo, ya ha sustituido la llave por una tarjeta con chip que no es necesario que abandone nunca el monedero o la cartera.

– Los faros xenon

Ni siquiera han estado 20 años en el mercado y ya están al borde de la extinción. Así lo cree al menos Stephan Berlitz, ingeniero de luces en Audi, que ve el futuro en los faros LED, cada vez más económicos y extendidos. «Tienen una luz más clara, se pueden regular, necesitan menos energía y duran más», enumera Berlitz las ventajas. El Seat Leon es el primer coche del segmento de los compactos con faros LED.

– La llanta de repuesto

La quinta rueda del coche ocupa espacio y eleva el peso total, por lo que ya desde hace años está en vías de extinción, sustituida por sistemas de reparación de neumáticos que apuestan por una sustancia que rellena el neumático defectuoso y cierra el agujero. Un compresor ayuda a reinflar la rueda si es necesario. Las averías en los neumáticos son además cada vez más extrañas.

– El sistema de navegación

Los mapas de carretera en papel desaparecieron y el sistema de navegación podría seguir pronto su camino, ya que cada vez más personas confían en los de sus teléfonos celulares, lo que supone un ahorro a la hora de los diseños que se refleja en el precio. Un paso más allá va Opel con su pequeño modelo Adam, que dispone de una App para navegar que se descarga en el coche a través del teléfono inteligente, que al mismo tiempo le ayuda a calcular las rutas. El Volkswagen Taigun apuesta ya claramentepor  una «dockingstation» para ubicar el smartphone.

– La manivela de las ventanillas

Hace tiempo buscar un poco de aire en el coche era un pequeño esfuerzo. Las manivelas de las ventanillas hace tiempo que desaparecieron de los coches nuevos, incluidos los más pequeños y baratos.

– El agarrador del maletero

En modelos como la Serie 5 de BMW, el Audi 6, el Ford Kuga o el Volkswagen Passat el maletero se abre desde el interior con el pie sin necesidad de llave. Si el sistema se impone finalmente, el agarrador será historia.

– El cambio de marchas

Los tradicionales cambios podrían ser pronto parte del pasado conforme avancen las cajas de cambio automáticas de nueve marchas y los coches eléctricos. Los vehículos con baterías tienen normalmente sólo una marcha hacia delante y una marcha hacia atrás. Las consecuencias que ello tiene en el diseño del interior pueden verse en el nuevo BMW i3, fabricado ya sin palanca  de cambio entre los asientos. En su lugar y junto al volante hay una pequeña palanca que sólo hay que pulsar hacia atrás y hacia delante para elegir la dirección.

– El ruido del motor

Cuantos más coches eléctricos se ven por las calles más se reduce el tradicional ruido del motor. En el futuro sólo se escuchará el ligero susurro de los propulsores eléctricos, el del viento y el de las ruedas sobre el asfalto. Pero que no se preocupen aquellos a los que les gusta el ruido del motor tradicional, ya que varios fabricantes de modelos eléctricos compensan la diferencia con una simulación que imita al motor de combustión.